Cambio de Paradigma en el Consumo de Vino: El Impacto en las Exportaciones Argentinas
El consumo global de vinos está experimentando una baja sostenida que los expertos consideran estructural. Este comportamiento no responde a restricciones económicas sino a un cambio de hábitos de los consumidores. Los mercados tradicionales, como los países de Europa, han reducido su demanda, y destinos como Estados Unidos, Australia y países de Asia, como China y Japón, también sienten el impacto del cambio en la frecuencia e intensidad del consumo.
El Nuevo Paradigma del Consumo de Vino
En los últimos años, los consumidores en los países centrales han adoptado hábitos más saludables, bebiendo con menos frecuencia y cantidad. Su paladar ahora exige vinos más livianos y frescos. Este cambio de paradigma está afectando las exportaciones argentinas, uno de los principales exportadores de vinos. Las ventas al exterior han tenido que adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores globales, alejándose del confort de ofrecer exclusivamente Malbec, que tantos beneficios ha generado para las bodegas locales.
Adaptación de la Producción y Recuperación de Exportaciones
A mediano y largo plazo, el desafío para Argentina es adaptar su producción a estas nuevas tendencias, ofreciendo productos innovadores que se alineen con las preferencias actuales. En el corto plazo, la transición ya muestra señales positivas. Tras un mal 2023 y un inicio de 2024 desfavorable, las exportaciones han empezado a recuperarse levemente en el segundo semestre de este año.
Según datos preliminares del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en los primeros siete meses de 2024, Argentina exportó 116,3 millones de litros de vino, un aumento interanual del 3,8%. De este total, 88,7 millones correspondieron a vinos fraccionados, con un aumento del 1,9%, y 27,5 millones fueron vinos a granel, que subieron un 10,7% respecto al mismo período del 2023. Aunque la recuperación es leve, todavía no ha impactado en los precios, con un precio promedio del vino total de 3,45 dólares/litro (-1,4%).
Evolución del Mapa de Países Consumidores
El informe de la organización International Wine and Spirits Research (IWSR) muestra una baja en el consumo de vino en mercados tradicionales de Europa continental, compensada anteriormente por el crecimiento en Reino Unido, EE.UU., el norte de Europa y mercados APAC como Japón, China y Australia. Sin embargo, en los últimos diez años, estos mercados también comenzaron a registrar descensos en el volumen de consumo.
En el Reino Unido, el consumo per cápita alcanzó su máximo en 2009 y ha disminuido desde entonces, salvo un aumento temporal durante la pandemia de COVID-19. En Estados Unidos, el consumo per cápita alcanzó su pico en 2017 y ha tenido varios descensos bruscos desde entonces. En Australia, el pico se alcanzó en 2012, y su consumo per cápita es ahora un 11% inferior al de 2000.
Cambios de Hábitos que Afectan el Consumo
La caída de la demanda de vino no coincide necesariamente con una disminución de la población mundial de consumidores de vino, sino con cambios en las pautas de consumo. Los factores principales que explican esta caída estructural son:
- Estilo de Vida Saludable: Cada vez más consumidores optan por la moderación y socializar sin alcohol. En 2023, uno de cada dos consumidores de vino moderaba activamente su consumo de alcohol.
- Competencia de Otras Categorías de Bebidas: Los millennials y la generación Z muestran menos afinidad por categorías específicas de bebidas y prefieren experimentar con una variedad de productos.
- Menor Participación de Jóvenes: Los adultos jóvenes participan menos en el consumo de vino, con una frecuencia de consumo en declive en muchos mercados.
- Experiencia de Consumo Ultra Premium: Muchos consumidores optan por marcas y categorías más premium, reflejando un estilo de vida más moderado y una menor renta disponible.
Impacto en la Industria Vitivinícola Mundial
Los problemas de la industria vitivinícola son más pronunciados en los segmentos de precios más bajos y en los vinos tranquilos. Los mercados emergentes como India y el sudeste asiático crecen, pero no compensan la caída de otros mercados. El vino rosado de calidad superior contrarresta la caída de los tintos, con EE.UU., Reino Unido y Australia como mercados clave para las marcas de rosado de alta gama. En general, los vinos rosados y blancos obtienen mejores resultados que los tintos, respondiendo a la demanda de perfiles de sabor más ligeros y frescos.
Perspectivas Futuras
El reporte de IWSR prevé que el volumen total de vino consumido a nivel global seguirá decreciendo hasta 2028, aunque a tasas más bajas que entre 2021 y 2023. Sin embargo, se espera que el valor minorista del vino a nivel mundial aumente en los próximos cuatro años. Aunque algunas bodegas podrán beneficiarse de productos específicos, las ganancias no serán suficientes para compensar la caída del consumo en el mercado masivo.
En conclusión, el cambio en los hábitos de consumo y la demanda de vinos más livianos y frescos está obligando a los productores argentinos a innovar y adaptarse. La recuperación de las exportaciones, aunque leve, es un indicio positivo en un contexto global desafiante.